Proveniente del Brasil, la nueva Jeep Renegade se reposiciona como una SUV liviana de lujo con prestaciones para el tránsito fuera del pavimento.
Muchas vueltas ha dado el Grupo Chrysler con sus marcas Dodge, Chrysler y Jeep. Desde la fallida alianza con Daimler hasta la actual fusión con Fiat, los estadounidenses han estado atribulados tanto por las presiones del sindicato de la industria automotriz como por la búsqueda de un posicionamiento más actual de sus productos.
No decimos que fueran de mala calidad sino porque en algunos casos su diseño se notaba, de alguna manera, anticuado, aunque siempre se les reconoció su rudeza y capacidad fuera del camino (off-road).
Pero desde la adquisición por parte de Fiat, el ahora grupo FCA reestructuró completamente el portafolio de productos y, conforme a las tendencias contemporáneas, convirtieron todas sus camionetas al lenguaje SUV. En esta ocasión tuvimos en nuestras manos la nueva Jeep Renegade, que se constituye en el primer producto Jeep construido fuera de Estados Unidos, incluyendo el tren motriz, cuyo motor es Fiat de tecnología Multiair, mientras que la transmisión proviene de Alemania (ZF de 9 velocidades).
La submarca Renegade tiene un significado importante en Estados Unidos: se trata de la versión de lujo de las Jeep Cherokee, que en los años 60 se conoció como Jeepster, y que en esta ocasión presenta una buena dosis de accesorios que hacen más placentera y segura la conducción.
Comportamiento dinámico
Pisar el acelerador a fondo es una sensación placentera porque, a pesar de que el torque de 24,2 kgm se obtiene a 3.900 rpm y los 180 caballos de potencia se hacen sentir a las 6.400 rpm, la caja de velocidades ZF de 9 marchas escalona muy bien y hace lineal la aceleración.
Cuando se exige el motor a altas revoluciones la tecnología Multi-Air de Fiat, si bien varía la apertura de la válvula de admisión permitiendo un menor consumo de combustible, cuando se requiere acelerar, el motor responde agradablemente.
Decíamos que la transmisión realiza las 9 relaciones de marcha suavemente: se destaca que en todo momento el calculador está monitoreando los sensores y elije la mejor relación de transmisión para que la autonomía del combustible sea la más óptima. No es raro estar viajando a una velocidad de 60 km/h, en quinta marcha y a 2.000 rpm.
Sin embargo, cuando se elige el modo manual, el conductor puede revolucionar el motor casi hasta las 6.000 rpm sin realizar el cambio; así mismo, y por la misma configuración de la caja de velocidades, el torque del motor no se ve afectado cuando se realiza cambian las marchas.
Como todo Jeep, debe tener aptitudes todo terreno: desde el punto de vista de la transmisión, esta Renegade dispone de un enganche automático del 4×4 con selector de terreno con cuatro modos de operación: automático, nieve, arena y barro.
Dado el enfoque de bajo consumo de combustible, cuando se trata de subir pendientes prolongadas se aconseja mantener la palanca de cambios en la posición manual; de lo contrario, la computadora realizará los ajustes necesarios para mantener la eficiencia, pero con la consecuencia de que en ocasiones corra el riesgo perder desempeño.
Control del vehículo
Los frenos del vehículo traen una configuración ajustada a estándares internacionales. Es decir, son hidráulicos asistidos por vacío, con ABS (Antibloqueo en las cuatro ruedas) y EBD (Distribución Electrónica de Frenado), además de Control Electrónico de Estabilidad – ESC y sus correspondientes funciones (ver recuadro de ficha técnica). Los delanteros se apoyan en discos ventilados, mientras los traseros, discos sólidos. El freno de parqueo es eléctrico a las ruedas traseras.
El recorrido del pedal del freno se siente largo cuando se pisa suavemente; sin embargo, si se pisa fuerte, se siente cómo la camioneta se detiene de manera estable y algo brusca.
De otro lado, la dirección es suave, el sistema da la percepción de mucho confort y, cuando se transita a altas velocidades, no se endurece, lo cual puede generar una falsa percepción de inseguridad, pero que se desvirtúa cuando la camioneta se pone donde el conductor desea.
El timón es ajustable en altura y profundidad, lo cual permite que se ajuste al conductor. Del mismo modo lo hace la silla, que se ajusta a muchas posiciones fisionómicas.
La camioneta se siente suave cuando se conduce por caminos empedrados y, en general, no se sienten vibraciones. Como aspecto sobresaliente es de resaltar la insonorización, pues no se escuchan ruidos al interior del habitáculo de pasajeros.
Confort y vida a bordo
Los asientos son cómodos y el del conductor se deja ajustar para conseguir la posición deseada. La camioneta tiene una excelente vista frontal que se apoya con los espejos laterales que son grandes y permiten reducir al máximo el punto ciego de la camioneta.
Los controles sobre el timón permiten que el conductor lo mantenga asido en todo momento. La navegación es fácil y permite realizar múltiples tareas en el radio y el tablero de instrumentos. ◣
