Luego de décadas de espera, el Metro de Bogotá está previsto con el uso de 23 trenes cuando arranque la operación en 2024. Se prevé que el metro, con un presupuesto de $12,9 billones, sin contar los costos asociados a créditos, esté adjudicado en agosto de 2019. Estas son las novedades tecnológicas resumidas por Revista Dinero.

Autonomía de los trenes

Uno de los avances más interesantes es que los trenes serán autónomos, es decir, no necesitarán de conductor, una innovación que no está disponible en la mayoría de metros de América Latina. Se trata de una generación avanzada de trenes que permitirán reducir los costos de operación, mitigar el número de incidentes y demoras asociados a fallas humanas y hasta ahorrará energía, gracias a una programación inteligente del frenado y la aproximación a las estaciones. Todo será automático y operado desde un centro de control de última generación.

Frenos de última generación

Según como está estructurada la licitación, que se abrió el pasado 6 de agosto, los trenes bogotanos contarán –además– con frenos magnéticos, una innovación tecnológica que no solo reducirá el ruido cuando circulan los vagones, sino que permite generar energía para reutilizarla en el mismo sistema. Así mismo, esta tecnología de frenos permitirá un mayor confort a los pasajeros, pues las frenadas habituales serán casi imperceptibles. 

Operación sostenible

Otra de las características interesantes del proyecto metro es que, gracias a que el costo de capital será cubierto por la Nación (70%) y Distrito (30%), la operación será autosostenible al menos en los primeros 5 o 6 años. Según el gerente de la Empresa Metro de Bogotá, Andrés Escobar, a partir del año sexto tienden a aumentar los costos asociados a mantenimiento y operación, una situación que puede requerir de apropiaciones presupuestales futuras para compensar esos faltantes. “En esos primeros años podría cobrarse la misma tarifa de Transmilenio, pero más adelante tendría que subir para mantener el equilibrio”, comentó. Cabe señalar que muy pocos sistemas masivos de transporte en el mundo se sostienen con el dinero que recaudan. Casi todos necesitan aporte público para la operación, aun cuando cobren entre US$1 y US$2 por viaje, como sucede en la mayoría de ciudades. En Bogotá la tarifa rodea los US$80 centavos.

Tecnología en la operación

La sexta innovación es netamente tecnológica. Según el BID, se tomarán medidas que desalienten el acoso sexual o los hurtos en el sistema, como cámaras de seguridad con tecnología de punta y una mejor iluminación y señalización en cada estación. Habrá vigilancia permanente. Así mismo, por rodar a cielo abierto, los trenes no necesitarán aire acondicionado –que es contaminante– funcionarán con un sistema mecánico, es decir, con ventiladores, como los que operan en los buses de Transmilenio.

 

Transporte, Revista Dinero.

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