Pensar en convertir las dos ruedas en una máquina única puede parecer un poco lunático, pero es más común de lo que muchos creen. Con el ruido vibrante del motor no basta y el usuario siempre busca marcar la diferencia. A través de los años, este tipo de personalizaciones se ha vuelto un fenómeno y una tendencia cada vez más predominante en la industria de las motocicletas, modificando desde los accesorios que se pone el piloto, hasta detalles de colores, tamaño, textura y accesorios propios de la máquina.
Cuando el resultado final supera las expectativas en su extravagancia y diseño, se puede llegar a duplicar el precio de venta de lo que valía inicialmente la moto. Royal Endfield recomienda pasos clave, que ayudan a la hora de la modificación. Es muy importante puntualizar prioridades e identificar con precisión lo primero que se desea cambiar o lo que menos atrae de la motocicleta.
Conocer la normatividad vigente es esencial, ya que todos los accesorios que se vayan a comprar para agregarle a la máquina deben estar amparados bajo el sistema y reglamentación actual; de ese modo se evita un comparendo y se puede disfrutar a pleno del diseño personalizado. Para cuidar su bolsillo se recomienda cotizar una misma pieza en varias tiendas o desde la web, porque descuentos y buenos precios siempre van a existir en el mercado, si se busca bien.
Según Royal Enfield, los rangos de precios de los accesorios son: espejos pueden costar entre $20.000 y $35.000, las direccionales varían entre $50.000 y $80.000, un “stop” entre $30.000 y $50.000, el manubrio ronda entre $45.000 y $95.000; los mofles o exhostos en un rango de $300.000 y $2.000.0000. Y por último, es vital que el dueño esté presente en todo el proceso.
@Royal Enfield Bogotá – Zona T