Durante años, muchas ciudades colombianas han sufrido los efectos de la contaminación del aire, causada en gran parte por el transporte. Camiones, buses y otros vehículos pesados han sido fundamentales para la economía, pero también grandes emisores de gases contaminantes. ¿Qué se ha hecho para cambiar esto? ¿Cómo ha evolucionado la regulación en Colombia en comparación con Europa? Aquí te contamos el recorrido, con foco en la norma EURO VI, una de las más importantes en la lucha por un aire más limpio.
¿Qué son las normas EURO?
Son estándares creados por la Unión Europea para limitar la cantidad de gases contaminantes que emiten los vehículos. Entre los más preocupantes están:
• Óxidos de nitrógeno (NOx): dañinos para los pulmones.
• Material particulado (PM): partículas microscópicas que afectan el sistema respiratorio.
• Monóxido de carbono (CO) y otros compuestos peligrosos.
Aunque nacieron en Europa, muchos países, incluido Colombia, han adoptado estas normas como referencia para mejorar la calidad del aire.

Se exige el uso de tecnologías avanzadas como:
• SCR (Reducción Catalítica Selectiva) con AdBlue.
• Filtros de partículas DPF.
• Sistemas de monitoreo OBD para verificar el funcionamiento en tiempo real.
Además, desde 2021, el país cuenta con diésel de bajo contenido de azufre (10–15 ppm), un requisito clave para que los motores EURO VI funcionen correctamente.

Impacto en el transporte pesado.
Para los fabricantes:
• Más exigencias tecnológicas, mayor inversión en sistemas de control de emisiones.
• Necesidad de mantenimiento especializado y repuestos compatibles con EURO VI.
Para los transportadores:
• Costo inicial más alto, pero menor consumo de combustible y mantenimiento a largo plazo.
• Posibilidad de acceder a programas de renovación de flota o incentivos del gobierno.
Para la ciudadanía:
• Mejor calidad del aire en zonas urbanas.
• Reducción de enfermedades respiratorias, especialmente en niños y adultos mayores.

¿Y qué sigue?
Colombia ya dio un paso importante con la adopción de EURO VI, pero aún queda mucho por hacer:
• Fortalecer la fiscalización del cumplimiento real en las calles.
• Impulsar la movilidad eléctrica en transporte de carga y pasajeros.
• Educación y apoyo técnico para los pequeños transportadores que enfrentan dificultades con el cambio tecnológico.
En Europa ya se discute la llegada de EURO VII, con enfoque en gases de efecto invernadero y emisiones reales de frenos y neumáticos. En Colombia, aunque ese paso aún no está cerca, es clave mantenerse alineado con las tendencias globales.
La historia de las normas ambientales en el transporte pesado muestra cómo la tecnología puede ir de la mano con el cuidado del medio ambiente. Con la llegada de EURO VI a Colombia, se inicia una nueva etapa para el sector, que no solo contribuirá a un aire más limpio, sino también a un transporte más eficiente y competitivo.
El reto no es menor, pero el beneficio es colectivo: menos humo, más salud, y un mejor futuro para todos.
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