Cesvi Colombia analiza la problemática de estos vehículos en la accidentalidad vial del país.

A la par del crecimiento del parque automotor en Colombia, dice el Instituto Nacional de Medicina Legal que más de 5 millones y medio de motocicletas surcan sus calles y carreteras con un lastimoso efecto: una fuerte tendencia de aumento de la accidentalidad con las consecuentes lesiones y mortalidad de conductores y acompañantes.

Al realizar un análisis de los tipos de accidentes en los que se ven involucradas las motos, se encuentra que se concentran en aquellos que pueden ser denominados, según la Organización Mundial de la Salud, como usuarios vulnerables de la vía pública, compuesto por peatones y usuarios de bicicleta y motocicleta.

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Por cierto, el actor vial más afectado por accidentes de transporte sigue siendo los motociclistas al concentrar el 47,36% de las muertes y el 54,92% de los heridos.

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Al comparar estas cifras con el contexto mundial se muestra el preocupante escenario en el que nos encontramos: la proporción de muertes en motocicleta es de 23% y en la región de las Américas alcanza el 20%; en la región Pacifica Occidental y Asia Sudoriental, zonas con mayor porcentaje de participación de usuarios de motocicleta, asciende a 34%.

En Colombia cabe indicar la marcada tendencia de género en los accidentes, pues se establece una participación de los hombres del 81,2% de las muertes frente a 18,2% en mujeres. Además, los días de mayor accidentalidad se concentran en los fines de semana, alcanzando un 37%, y en la franja horario de las 15 a las 21 horas en 31% de los casos.

Adicionalmente, se observa cómo la posibilidad de accidentes entre motocicletas (como pareja de choque) se encuentra presente y suma su número en la mortalidad con una tendencia importante del 14%.

Lo anterior evidencia la problemática de mortalidad de los usuarios y demuestra la vulnerabilidad de las personas que en ellas se movilizan.

Dice la misma fuente que, del total de conductores, los motociclistas representan el 77,8% de las muertes y el 79,49% de los heridos y, en pasajeros, la motocicleta participa en el 49,16% de las muertes y en el 49,02% de los heridos.

En este contexto, y considerando que las cifras difieren y presentan una mayor concentración en nuestro país, a nivel mundial se ha decretado el periodo 2011 – 2021 como el decenio de acción para la seguridad vial, en cabeza de la Organización Mundial de la salud (OMS), cuyo objetivo general es la disminución de la accidentalidad.

En Colombia se han generado compromisos que, si bien pueden parecer apresurados, buscan involucrar a entes públicos y privados en pro de la seguridad vial.

Lo anterior establece que todas las personas, independientemente de su acción laboral, deben conocer de seguridad vial y, por qué no, para este caso, comenzar con el actor más vulnerable según las cifras (el motociclista), por lo que es necesario entrar a determinar cuáles deben ser los planes de acción o buenas prácticas que permitan la disminución de la accidentalidad en Colombia.

Causas de accidentes en moto

Desde la experiencia de la investigación de accidentes de tránsito, Cesvi Colombia ha realizado variados análisis en los que se tiene como protagonista la motocicleta, dada la gravedad de las lesiones o en algunos casos hasta la muerte.

Aunque no se analizan la totalidad de los casos ocurridos a nivel nacional, hay una muestra y una tendencia donde se pueden observar cuáles son las posibles causas de ocurrencia de accidentes en las que se relaciona un vehículo de dos ruedas:

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Las cifras muestran una frecuencia importante en la invasión de carril, seguido por la pérdida de control del vehículo por causa de deficiencias de la maniobrabilidad del conductor.

Por tratarse de un vehículo que no cuenta con carrocería, y que generalmente relaciona un impacto contra vehículos de mayor tamaño, los accidentes tienen como resultado lesiones graves.

De ahí que se considere este tipo de actor como vulnerable y, en aspectos generales, estas consecuencias pueden afrontarse con planes de acción enfocados al conductor quienes, en su gran mayoría, son responsables de la ocurrencia de los accidentes.

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Acciones para reducir la accidentalidad

La investigación de accidentes de tránsito le sirve a Cesvi, entre otras, para observar tanto las malas prácticas de algunos motociclistas como aportar soluciones que mitiguen esta realidad.

Como un aporte a la sensibilización de la población de conductores y pasajeros de este tipo de vehículo de dos ruedas, recomendamos:

Capacitación de motociclistas. A conductores y sus acompañantes, considerando los conceptos de señalización, normatividad y maniobrabilidad, enfocándose a un manejo preventivo y defensivo.

Sensibilización. Tomando como ejemplo casos reales, es necesario realizarla con aspectos claros y sencillos de qué llevó a la ocurrencia del accidente y sus consecuencias.

Hacerse visible en la vía. La gran mayoría de accidentes ocurre por maniobras de cierre por parte de otros vehículos al no ser fácilmente visibles, razón por la cual es necesario circular con luces encendidas, utilizar las direccionales para maniobras de cambios de carril o giros, así como indumentaria retrorreflectiva.

Evite maniobras imprudentes de adelantamiento. Circular detrás de un vehículo que transita a menor velocidad puede llegar a ser altamente estresante para el motociclista, pero no puede ser una causa que determine una maniobra peligrosa al tratar de rebasarlo. Es importante realizarla en zonas donde la señalización tanto vertical como horizontal lo permitan, que tengan un rango visual amplio y donde el motociclista pueda alejarse lo suficiente del vehículo que circula a velocidad inferior. Esto último implica que, en vías de una sola calzada y con un solo carril para cada sentido, el adelantamiento debería realizarse por completo en el carril contrario, de ahí la extrema precaución.

Circulación en curvas. Por la ubicación sobre la motocicleta que debe adoptar el conductor y su acompañante (como tener que inclinarla lateralmente), fácilmente se puede generar una caída. Por esta razón, es crucial tomarlas con extrema precaución, a la velocidad adecuada y frenando antes de tomarla y no durante.

Circulación entre vehículos. La ley 1239 de 2008 establece la circulación de las motocicletas ocupando un carril de circulación, determinando así su tránsito similar a un vehículo. Esto limita las maniobras entre carriles y, por ende, entre vehículos. Más allá de establecer una limitante para la circulación de las motocicletas, esta norma tiene un trasfondo de seguridad al disminuir la posibilidad de ocurrencia de un accidente.

Exceso de velocidad. Circular a altas velocidades desencadena accidentes graves debido a la facilidad con la que puede generarse una caída o desestabilización de la motocicleta. Razón por la que es bueno poder circular a una velocidad que permita un campo de acción válido.

Circulación en piso húmedo. Es fácil que en zonas con estas características se presente una caída, tanto por material suelto y derrames de aceite, como por la pintura de zonas demarcadas, en las que la adherencia del neumático se reduce.

Elementos de protección. El uso de elementos de protección no solamente es obligatorio por ley sino por simple sentido común y su efecto de atenuación de las consecuencias de una caída. Dentro de estos elementos se reconocen:

El casco. Un buen elemento de protección, con las características de seguridad necesarias para cumplir con su propósito, protege la cabeza de golpes directos y de fuertes desaceleraciones, así como de penetración de elementos externos que puedan aumentar la gravedad de las lesiones.

Guantes. En una caída, generalmente y como reacción, el apoyo tiende a ser las extremidades superiores, razón por la que se recomienda la utilización de guantes. Además, frente a frío extremo o la lluvia, los dedos se engarrotan y las reacciones se hacen más lentas.

Vestuario antifricción. La caída del conductor, considerando la velocidad de circulación, conlleva la detención por fricción con la superficie del piso. Este contacto con el cuerpo puede generar serias escoriaciones, por lo que la utilización de un traje antifricción, protegería aún más al conductor. Adicionalmente, así como la chaqueta debe traer atenuadores de impacto en hombros, codo y espalda, los pantalones los deben traer en cadera, rodilla y pantorrilla.

Botas. La protección de pies y pantorrillas es clave tanto en los momentos de frío o lluvia, como en caso de una caída.

En resumen, hay que fomentar con mayor firmeza los planes de acción y las estrategias que lleven a la disminución de la accidentalidad en Colombia, así como sus consecuencias en materia de heridos y muertos.

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