Conducir moto, carro, bus o camión es una actividad peligrosa que debe ser asumida con responsabilidad y civismo.

 

Bogotá, 14 de junio de 2016. Para nadie es un secreto que en Colombia impera una cultura de corte patriarcal en la que el rol masculino se asume como propio de ciertas actividades.

Por ejemplo, en la familia, cuando esta se reúne y viaja junta, normalmente se deja en el padre la conducción del vehículo, sea él buen o mal conductor. Ser buen conductor implica, además de conocer en detalle el código nacional de tránsito y la aplicación de las normas y señales, tener ciertas actitudes que, según Alejandro Valderrama, director de Seguridad Vial de Cesvi Colombia, “se han deducido al contrastar las principales causas de accidentalidad en el país con las recomendaciones contenidas en nuestra parrilla de cursos y capacitaciones de manejo preventivo.”

A continuación, las recopilamos como recordatorio del deber ser de un padre buen conductor:

  1. Manejo preventivo. La capacidad de prever los riesgos es una cualidad de sabios. Por esta razón, todo padre de familia debería actuar reflexivamente pues un error al volante le puede causar heridas si no la muerte a alguna persona. Dejar de actuar impulsivamente es la clave para la prevención de accidentes.
  2. Ceder el paso. La cortesía y las buenas maneras son la clave del buen vivir en sociedad, y esto también aplica cuando se está al volante. Por consiguiente, antes de actuar, mejor piense si con sus maniobras se está siendo educado, cortés y generoso, tres valores indispensables para el buen vivir.
  3. Respetar las zonas de cruce peatonal. En concordancia con lo anterior, el respeto y consideración por quien está en inferioridad de condiciones es una de las características del ser humano cívico. Por esta razón, invadir con el carro o la moto las llamadas cebras es una actitud egoísta que no debería estar en el repertorio de nadie.
  4. Respeto por los límites de velocidad. Una de las sensaciones más emocionantes de conducir una moto o un automóvil es la velocidad, y está se experimenta mucho mejor en los autódromos. Sucede que en las vías públicas se corren demasiados riesgos cuando se exceden los límites porque hay muchas variables fuera del control de conductor. Po esta razón hay que conducir con precaución observando los límites de velocidad.
  5. Respetar el semáforo y señal de Pare. Los administradores del tráfico automotor por la alternación de luces de colores (o la correspondiente señal de PARE) no son instalados para adornar las vías sino para respetarlos. Los semáforos en rojo o los PARE, como su color lo indica, son señales de advertencia de un peligro real e inminente en caso de no respetarlos porque, del otro lado, hay uno o varios conductores que van confiados en vista del verde que les corresponde.
  6. Usar las direccionales. El metalenguaje del automóvil incluye unas señales al mando del conductor que advierten la proximidad de alguna maniobra. Por esa razón cuando se pisa el pedal del freno se encienden los stops, y cuando se va a girar a derecha o a izquierda, cuando se va a cambiar de carril o cuando se va a abandonar una autopista, es de mínima cortesía y actitud vial preventiva advertir a quien antecede con las direccionales.
  7. Dejar el carro o la moto en parqueaderos, nunca en la calle. Detenerse en la calle para dejar o recoger a un pasajero es una maniobra riesgosa porque las calles son para andar, y eso es lo que esperan todos los actores de la vía. Pero si además la detención es para dejar ahí el vehículo parqueado, es una actitud egoísta sin ninguna justificación que no solo entorpece el tráfico, sino que puede causar accidentes.
  8. Adelantamiento en sitios prohibidos. La infraestructura vial colombiana adolece de autopistas modernas que permitan un tránsito rápido y seguro. Por esta razón, así como los automovilistas piden más vías y mayor atención de la movilidad por parte de las autoridades, también deben hacer uso de su paciencia para evitar adelantamientos en doble línea continua y menos en curva, pues las posibilidades de un accidente frontal son muy altas.
  9. Hacer mantenimiento preventivo – RTM. Un carro sin mantenimiento es inseguro, contaminador y muy costoso de operar. Por esta razón vale la pena hacer la revisión tecnomecánica porque por poco dinero se hace un diagnóstico para que el auto o la moto rueden con un mínimo de condiciones.
  10. Capítulo aparte merecería el asunto del licor y la conducción, pues está comprobado su peligrosa influencia en la conducción, incluso desde el primer trago. Si va a celebrar este día del Padre y prevé tomar licor, evite manejar, deje el carro y pásela bien con los suyos.

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