Una frenada eficaz y eficiente del automóvil puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Y para lograr tales condiciones es preciso contar con un líquido de frenos en óptimo estado. Para asegurar su idoneidad, la división de equipos para taller de Bosch presenta al mercado colombiano el comprobador BFT100, que realiza mediciones para determinar el estado de este fluido, ejecuta pruebas bajo el principio de ebullición calentando el líquido de frenos hasta su punto de cambio de fase a vaporización (líquido a gaseoso). Luego, entonces, muestra la temperatura de ebullición del fluido, con lo cual se obtiene su estado, según pruebas realizadas por Cesvi Colombia. Este equipo hace medidas en fluidos fabricados a partir de éteres de glicol como los denominados bajo la norma DOT 3, DOT 4 y DOT 5.1, los cuales son higroscópicos, es decir, que absorben agua del medio e impacta de forma negativa en el funcionamiento normal del sistema de frenos. Sucede que, la temperatura de ebullición, es causada por el calor intenso creado después del uso prolongado del sistema. El líquido de frenos DOT alcanzará un nivel de volumen de agua del 3,7% después de aproximadamente 2 años de servicio, por lo que es aconsejable renovar el líquido de frenos cada año. Para conocer el estado y calidad del líquido de frenos se sumerge el sensor de temperatura dentro del fluido y se calienta. Al finalizar, en la pantalla de visualización de datos se indica la temperatura de ebullición del fluido e indica el estado del mismo. El equipo BFT100 es una herramienta práctica para establecer el mantenimiento en los sistemas de frenos hidráulicos. Según  Cesvi, la apariencia del líquido de frenos no es un punto determinante para indicar su estado porque se pudo identificar, en dos casos, que el punto de ebullición se encontraba muy cercano a los límites mínimos (húmedo) establecidos por el DOT, en fluidos en donde su apariencia es transparente y limpia de residuos.

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