General Motors Co. (NYSE: GM) anunció en días pasados la desconsolidación de sus negocios en Venezuela, con efectos a partir del 1° de mayo de 2017. La desconsolidación se produce luego del inesperado embargo de la planta de GM en Venezuela el pasado 18 de abril por autoridades judiciales, lo cual forzó a la compañía a cesar sus operaciones y dar por terminadas las relaciones laborales debido a causas ajenas a la voluntad de las partes. Desde entonces, todos los ex trabajadores han recibido el pago de sus beneficios provenientes de la separación, según se exige legalmente. La semana pasada, GM presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Venezuela, que en caso de resultar exitoso, dejaría sin efecto la demanda subyacente que llevó al embargo, y revocaría todas las acciones civiles y penales relacionadas. La compañía espera una pronta decisión y un resultado favorable. Pese a que la compañía ha cesado sus operaciones, ejecutivos de GM han expresado su voluntad de dialogar con autoridades gubernamentales y líderes sindicales acerca de las circunstancias bajo las cuales podría ser posible comenzar a producir y emplear a cierto número de trabajadores, bajo un nuevo y viable modelo de negocios. Se espera que la desconsolidación resulte en un costo de aproximadamente US$100 millones.