Bogotá, 13 de octubre de 2016.– Los conductores habitualmente están expuestos al peligro de accidente de tránsito, pero éste se incrementa por el riesgo ergonómico, es decir, cuando se padece dolor de espalda, piernas, brazos y manos, debido a la posición sentada durante largos períodos de tiempo y a las vibraciones del vehículo.
Resulta que la conducción presenta varios factores de riesgo que, de una u otra forma, generan alteraciones de tipo físico y mental a los conductores. Dentro de estos riesgos, la patología más frecuente es aquella en donde, los dolores en cuello, espalda y extremidades, son frecuentes.
Por lo anterior, es importante conocer aspectos relevantes para evitar posibles lesiones por malos hábitos generados por posturas inadecuadas y los métodos de control para una higiene postural, frente a una conducción segura y conservación de la salud de las personas que conducen habitualmente.
Tipos de lesión más frecuentes
Entre las principales lesiones que los conductores pueden llegar a padecer están las lumbalgias y las discopatías (degeneración de los discos que están entre las vértebras). Las alteraciones de brazos y piernas también se sufren por la misma razón: giro, torsión y extensión repetitiva durante tiempo prolongado.
Otros factores que inciden en el desarrollo de lesiones son las contracturas musculares producidas por la combinación de ejercicio repetitivo, por los movimientos del volante y caja de cambios, y cambios bruscos de temperatura, ya sea por condiciones ambientales o bien generadas por el motor.
La causa principal está en el manejo de objetos y materiales, que fatigan de forma repetitiva los músculos utilizados en esos movimientos, o por una posición inadecuada de los brazos, la columna o ambos, durante períodos prolongados normalmente para personas dedicadas 100% a la conducción (taxistas, operarios de tractocamión). El ajuste adecuado de las distancias de asiento, pedales, volante, caja de cambios es muy importante para evitar estiramientos o posturas forzadas.
Las lesiones son, generalmente, alteraciones músculo-esqueléticas y son propiciadas por:
• Carga estática: generada por la permanencia estática (sin movimiento o poco movimiento) durante períodos de trabajo o conducción prolongados.
• Posturas inadecuadas: flexiones forzadas de la columna por postura sedente, hombros hacia delante, cuello flexionado hacia delante o por posición inadecuada de la silla.
• Movimientos repetitivos: ocasionados por giros bruscos y torsiones repetitivas por demasiadas horas.
• Manipulación manual de cargas: levantamientos, descargues, y transportes (cajas, bultos, sacos, tubos) inadecuados.
Postura al conducir
Que la mayoría de los conductores no se ajusten correctamente el apoyacabeza es ya un viejo tema que podemos leer y escuchar en los medios, lo que genera en trabajadores dedicados 100% a esta labor, accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, por lesiones de tipo lumbar.
Lo que no suena con tanta frecuencia es que muchas personas gradúan mal todo su asiento, incluyendo el respaldo y la distancia hasta los mandos.
En estas circunstancias, el conductor fuerza su posición al volante, se cansa más, hace más difícil su capacidad de maniobra, se expone a graves lesiones e incluso durante una colisión puede llegar a impedir el correcto funcionamiento del airbag.
¿Pero cuáles son las posiciones incorrectas más frecuentes al volante?
• Posición incorrecta 1: Encogido
En esta postura el conductor no tiene margen de movimientos, por lo que se incrementa su fatiga y a la vez se dificulta la capacidad de maniobra del vehículo. Por otra parte, el conductor queda en una posición demasiado cercana al volante y por consiguiente al airbag.
• Posición incorrecta 2: Estirado
Se invalida el funcionamiento de la parte del respaldo y del apoyacabeza. En caso de colisión, el conductor puede sufrir desde un latigazo cervical hasta el desnucamiento. Los brazos estirados impiden realizar maniobras rápidas con el volante.
• Posición incorrecta 3: Con una sola mano
Se reduce el margen de maniobra de todo el volante a un solo punto, sea el superior o el inferior. De esta manera, cualquier actuación repentina sobre el volante carecerá de la precisión que seguramente necesite la maniobra.
La posición correcta
La distancia y altura del asiento (1) deben permitir al fácil acceso a los mandos y la correcta visualización de la información que percibirá el conductor, cuyos ojos han de quedar a media altura del parabrisas. La parte anterior del asiento debe estar por detrás de la parte anterior de la rodilla y a una altura que no presione la zona posterior de las piernas.
El respaldo (2) debe colocarse tan vertical como sea posible, quedando la espalda totalmente asentada sobre éste.
La posición del volante (3) debe ser alta, permitiendo que el conductor sitúe sus muñecas en la parte alta sin que sus hombros se separen de la parte alta del respaldo.
El apoyacabeza (4), contrariamente a lo que evoca su nombre, no sirve para descansar la cabeza, por lo que deberá situarse a una mínima distancia del conductor y siempre haciendo coincidir el punto más alto de la cabeza con el punto más alto de este dispositivo de seguridad.
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