La movilidad global se encuentra en una fase de transformación hacia alternativas sostenibles, integrando vehículos autónomos, compartidos, eléctricos y biocombustibles. Este cambio gradual depende de factores como la infraestructura y la adaptación de los consumidores.
Actualmente, el sector del transporte es responsable del 14% de las emisiones globales, con el 64% de estas emisiones provenientes del transporte por carretera. Esta industria ha avanzado considerablemente en la reducción de emisiones mediante el uso de combustibles más limpios y la incorporación de energías renovables en su producción, según el informe sobre la brecha de emisiones 2023 del Programa de Medio Ambiente de la ONU.
Julio Calderón, gerente de relaciones gubernamentales en Automotores Toyota Colombia, afirma: “La sostenibilidad es encontrar el equilibrio entre las necesidades presentes y las de las futuras generaciones. Hemos trabajado en esta idea y seguimos comprometidos con este objetivo. Colombia es actualmente un líder regional en electrificación y sostenibilidad en el sector, y continuaremos siendo pioneros con políticas claras y un ecosistema de apoyo a las nuevas tecnologías.”
Alcanzar la meta de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en el transporte terrestre para 2050 requiere un esfuerzo colectivo. La descarbonización implica una transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Tecnologías como los vehículos híbridos y eléctricos ya están haciendo una diferencia. En América Latina, particularmente en Colombia, se están probando combustibles sintéticos a base de hidrógeno para motores más eficientes, así como alternativas como el bioetanol, derivado de la caña de azúcar e hidrógeno verde.
Automotores Toyota Colombia, junto con Asocaña, ha desarrollado el recorrido del Corolla Cross Híbrido Flex Fuel, el primer vehículo en el país que combina bioetanol de caña de azúcar 100% colombiano con energía eléctrica y un motor de combustión. Esta opción de movilidad sostenible reduce significativamente la huella de carbono en comparación con los vehículos a gasolina y disminuye otros contaminantes. “Realizamos un recorrido de 10.000 kilómetros, superando pruebas con mezclas de 20% y 100% de etanol, y las emisiones de hidrocarburos no quemados (HC) fueron prácticamente nulas,” indicó Julio Calderón.
En los motores de combustión, los biocombustibles son una alternativa ecológica frente a los combustibles fósiles. Estos se producen a partir de fuentes renovables, como la caña de azúcar para el etanol, y aceites vegetales y desechos para el biodiésel. «Los biocombustibles no solo reducen la contaminación, sino que también promueven el desarrollo regional y generan empleo e ingresos en las áreas productoras,» destacó un representante de BASF. Además, el uso de aditivos para combustible ayuda a reducir las emisiones y mejorar la eficiencia.
La innovación en la industria automotriz está impulsando soluciones para los vehículos del futuro. Nuevos refrigerantes específicos para vehículos eléctricos con pilas de combustible y baterías mantienen una baja conductividad eléctrica constante, protegiendo contra la corrosión y garantizando la seguridad eléctrica.
En la transición hacia la sostenibilidad, los plásticos juegan un papel fundamental al reducir el peso de los vehículos y, por ende, el consumo de combustible. Un estudio reciente de PICPlast reveló que en 2022 la industria automotriz aumentó en un 40% el uso de resinas plásticas recicladas postconsumo en comparación con el año anterior. «El potencial de crecimiento de la economía circular en esta industria es enorme. Incluso es posible reciclar piezas con contaminantes, como parachoques y baterías, sin perder calidad,» afirmó un portavoz de BASF.
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