Más allá del diseño, la banda de rodamiento de las llantas cumple un rol clave en la seguridad del vehículo. Su desgaste, profundidad y forma pueden alertarte sobre riesgos mecánicos o de conducción que no debes ignorar.

Cada kilómetro que recorres deja una huella en tus llantas, y esa huella tiene mucho que decir. La banda de rodamiento, esa superficie visible que toca el asfalto, es uno de los elementos más importantes para garantizar seguridad, control y eficiencia al conducir. Sin embargo, suele ser ignorada hasta que es demasiado tarde.

Expertos de Goodyear insisten en que aprender a leer lo que esta superficie comunica es vital. Su diseño y su desgaste no son casuales, y conocerlos puede prevenir accidentes, ahorrar dinero e incluso salvar vidas.

La banda de rodamiento está diseñada para cumplir funciones específicas. Cada ranura, bloque o canal tiene el propósito de:

  • Mejorar el agarre en curvas y terrenos resbaladizos.
  • Aumentar la eficiencia de frenado.
  • Facilitar la evacuación de agua para evitar el aquaplaning.
  • Optimizar el rendimiento en seco o mojado.

Su composición, mezcla de caucho y aditivos, varía según el tipo de vehículo y el entorno para el que está pensada. Observar su forma es entender sus capacidades.

El estado de la banda es una radiografía del uso del vehículo. Algunas señales de advertencia incluyen:

  • Desgaste irregular: puede evidenciar problemas en la alineación, suspensión o presión inadecuada.
  • Profundidad del dibujo menor a 1.6 mm: en muchos países, este es el límite legal. Por debajo de eso, se pierde agarre y seguridad.
  • Zonas lisas o pulidas: indican un riesgo crítico, especialmente en condiciones de lluvia, ya que se reduce drásticamente la capacidad de frenado.

Una revisión visual constante y el uso de herramientas de medición de profundidad son prácticas recomendadas para todo conductor responsable.

Una banda de rodamiento en buen estado puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Por ejemplo, en condiciones de lluvia, los canales profundos canalizan el agua fuera del neumático, evitando el deslizamiento incontrolado.

Pero además, influye en otros factores importantes:

  • Consumo de combustible: mayor fricción = más gasto.
  • Ruido en la conducción: un patrón de banda mal diseñado o desgastado puede generar ruidos molestos.
  • Comodidad y estabilidad: la experiencia de manejo también depende del estado de las llantas.

Por eso, la seguridad al conducir no se reduce a usar el cinturón o tener buenos frenos. Las llantas —y en especial su banda de rodamiento— son una parte esencial del sistema de protección activa del vehículo. Entenderlas, revisarlas y mantenerlas en buen estado es parte de tu responsabilidad como conductor.

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