¿A dónde vamos? Es la pregunta que se hacen los talleres frente al cambio del vehículo convencional, a aquel equipado con ADAS, conectado con la red, autónomos, etc.

Los fabricantes de vehículos están realizando un esfuerzo arduo para poder capacitar a sus aliados de posventa en nuevas tecnologías. Este trabajo se ve materializado a través de fuertes inversiones en equipos y herramientas, por parte de los empresarios, y de traslado de información al personal técnico, por parte de las marcas.

El punto es que, como se observó en la ponencia de Ignacio Juárez -director general de Cesvimap- durante el Seminario sobre el Impacto de las nuevas tecnologías del automóvil, con estas novedades a bordo del automóvil surgen retos de diversa índole: en los aspectos de carrocería, pintura, electromecánica, diagnóstico y calibración, y administrativos, especialmente en la gestión del tiempo de reparación.

Retos en carrocería

Ante los requerimientos de seguridad y ambientales, los vehículos modernos -y los que están por venir- vienen fabricados tanto en materiales muy rígidos como en compuestos muy livianos.

Por ejemplo, el uso de acero de alto límite elástico, acero al boro (conformación en caliente), aluminio (estampado, extruido o fundido) cobran hoy día una mayor participación en las piezas del vehículo para disminuir el peso y definitivos en caso de colisión porque ayudan a disipar la energía del impacto.

Si bien es cierto que las piezas en plástico fueron la primera solución para disminuir el peso del vehículo, inicialmente se usó para las partes cosméticas, pero ahora se desarrollan piezas estructurales e, inclusive, ya se encuentran motos con chasís en este material.

Por su parte, la fibra de carbono, que antes se veía solamente en vehículos de competición, paulatinamente se ha ido incorporando en vehículos de calle. Actualmente Cesvimap evalúa las técnicas y viabilidad para la reparación de fibra de carbono con el apoyo de empresas que trabajan este material (como Airbus, aviones; y Orbea, bicicletas y proveedores de resinas, entre otros). Los estudios han arrojado que sí es posible reparar la fibra, pero no se garantiza la parte estética.

Paralelo a tal variedad de materiales (como aceros de alto límite elástico, aleaciones de aluminio o magnesio y compuestos como la fibra de carbono), surgen diversos sistemas de unión que los talleres deben aprender a dominar: pegado, remachado, clinchado, soldadura MIG/MAG, atornillado, soldadura por punto y estampado, entre otros.

Retos en pintura

Aunque puede sonar una moda pasajera, en la actualidad se ven autos pintados a dos colores, con lo cual el taller reparador debe prepararse para afrontar el reto de la eficiencia en función de garantizar los acabados en las zonas de empalme y los procesos de igualación de color.

También aparece en los concesionarios, y representa un reto para los talleres, el acabado tricapa, el cual ofrece efectos visuales atractivos, pero al mismo tiempo, desafíos en cuanto a los métodos de aplicación, el uso de materiales y los costos más altos respecto de los bicapa.

Al mismo tiempo, al taller de pintura llegan nuevos materiales que buscan hacer más eficientes los procesos como masillas, aparejos húmedo-sobre-húmedo, aparejos con adherencia directa sobre cataforesis, imprimaciones en espray, masillas específicas para plásticos y barnices elásticos que tienen su específica forma de uso y aplicación, las cuales hay que aprender tanto a aplicar como a administrar.

Retos electricidad – electrónica

Ya lo dijo Dieter Zetsche, CEO de Daimler: “vendemos computadores sobre ruedas” y no se equivoca pues tanto por infoentretenimiento como por seguridad activa y pasiva, los vehículos de hoy cuentan con numerosos sistemas y componentes electrónicos y computarizados que el taller reparador debe aprender a componer, reemplazar y calibrar, según sea el caso.

Es una realidad el incremento de elementos electrónicos dados los sistemas ADAS (como sensores, radares y cámaras). Por ser los sentidos del automóvil moderno (o mejor, las extensiones de la vista y el oído del conductor), el objetivo fundamental de los ADAS es reducir los accidentes que según las estadísticas el 90% son por error humano.

Así, en una colisión se pueden ver afectados estos sistemas y el área de electromecánica debe estar preparada para afrontar el reto tecnológico de retornar a sus condiciones técnicas originales. Valga la siguiente lista de los sistemas que componen los ADAS para comprender el reto: advertencia de colisión, frenado autónomo de emergencia, cambio de carril, detector de ángulo muerto, asistencia de aparcamiento, alerta antisueño, alerta tráfico cruzado, alerta de seguridad adaptativo, reconocimiento de señales de tránsito, conducción autónoma, arranque en pendiente y sistemas de iluminación avanzados, además de los que están por venir.

Equipos de diagnóstico y calibración

Junto con las nuevas tecnologías ADAS se debe contar con equipos especializados para el diagnóstico y calibración de los mismos cuando el vehículo es reparado. Esto significa una inversión por parte del taller en equipos y capacitación para el uso de los mismos.

Por ejemplo, en lo que se refiere a vehículos con sistemas de propulsión eléctrica o híbrida, se deben conocer los procesos para su reparación y las buenas prácticas que se adquieran servirán para prevenir riesgos como el de electrocución.

La inmediatez en el suministro de repuestos cuyos materiales de fabricación sean compatibles con los utilizados en impresoras 3D presenta un nuevo modelo de negocio, para lo cual los talleres reparadores no deben descartar su adquisición para la fabricación in-situ de piezas de repuesto… prácticamente una nueva área del taller.

Control de gestión en tiempo real

El consumidor actual ve influenciados sus hábitos de consumo y frecuencia de utilización del automóvil por las nuevas tecnologías, dado que le brindan mayor confort y seguridad. Sin embargo, el consumidor futuro tendrá el factor tiempo como un elemento adicional dado que muchas de las tareas de la conducción tendrán un alto nivel de autonomía.

Así las cosas, el consumidor será más exigente y dependiente de su vehículo. Si el taller reparador no presta atención a su gestión se pueden trasladar al cliente sus ineficiencias. De ahí la importancia de siempre atender a los baremos de reparación, que son un punto de partida para evaluar la operación interna del taller en cuanto a tiempos y costo de materiales de pintura.

El futuro de la industria automotriz está encaminado a la creación de vehículos autónomos obteniendo como resultado:

1. La construcción de vehículos más complejos.

2. Reparaciones de alta cualificación.

3. Nuevos modelos de movilidad y negocios asociados.

Toda industria, y los talleres reparadores no son la excepción, está por la competitividad: hay presión por los resultados; los accionistas, propietarios y empresarios exigen números positivos.

Pero hay algo claro, casi que apelando a la teoría darwiniana de la evolución: “aquel que se vaya adaptando a esta realidad cambiante será el que tenga mayor posibilidad de sobrevivir; y aquellos que no la tengan, les toca dedicarse a otra cosa”, aseguró Ignacio Juárez, director general de Cesvimap, al terminar su presentación en el pasado Seminario sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el automóvil.

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2 COMENTARIOS

  1. Excelente articulo, primero felicitarlos por la revista y segundo hacerles una consulta, quisiera saber cómo un técnico reparador distingue los tipos de aceros directamente en el vehículo?

    • Buenos días Hugo, gracias por leernos, para identificar el material de la carrocería del vehículo se encuentra establecida en la ficha técnica del fabricante según el modelo y el año. Saludos.

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