Probamos la nueva BMW X1 en carreteras de Cundinamarca.
Estas son nuestras impresiones.
La responsabilidad que tienen las automotrices del mundo no se la toman a la ligera. O al menos aquellas que por su seriedad no les rebajan los equipos a sus productos en aras de la dudosa política comercial de llegar a un mayor público.
Esto lo han entendido aquellas que venden sus productos en el primer mundo y por esta razón las tasas de accidentalidad se han reducido notablemente desde que la seguridad se antepuso a lo comercial.
Entre estas automotrices, buena parte de las alemanas también decidieron equipar todos sus vehículos con equipos mínimos que no son negociables: frenos ABS, sistema electrónico de estabilidad (ESC), al menos seis airbags, cinturones de seguridad de tres puntos y apoyacabezas en todas las sillas… ¡qué lejos estamos en Colombia en materia de legislación, pero qué bueno tener referentes en el mercado para compararlos en el resto de la oferta nacional y disfrutarlos en las siempre desafiantes carreteras del país!
Seguridad en acción
En días pasados estuvimos al volante de la nueva BMW X1, en versión sDrive 20i. Esta nomenclatura significa que es de ¡motor transversal de gasolina de dos litros que entrega 192 caballos de potencia y 28,0 kilogramos metro de torque, y tracción delantera!
Esto es una gran novedad para la marca de Baviera porque es la primera vez que se instala esta disposición mecánica en una camioneta, asunto técnico de profunda importancia porque los de esa casa, por años fueron renuentes a la tracción delantera. La razón de esta terquedad se ubicaba por el natural subviraje de tener todos los elementos mecánicos por delante del eje frontal, lo cual le resta deportividad.
Sin embargo, esa tendencia natural a irse de nariz en las curvas se soluciona con electrónica, a través de sistema electrónico de estabilidad, el cual comienza a actuar cuando el carro hace algo diferente de lo que quiere el conductor con la posición del timón o la posición del acelerador.
Esta camioneta no solamente es segura -gracias al ESC y al ABS- sino que se siente y rueda muy segura. Gracias a su tamaño compacto, la sensación al volante con asistencia eléctrica es que se tiene constantemente el control y -a un límite autoimpuesto de 120 km/h en la autopista Bogotá – Tunja- el consumo de combustible se ubicó en 55 km/gal.
Si bien esta vía se encuentra en aceptables condiciones, los pasajeros de las plazas traseras sufren un poco la rigidez de las suspensiones. Este fenómeno, si bien genera extrañeza entre quienes esperan mayor suavidad en un vehículo premium, se debe a que el enfoque de BMW está en la deportividad y no en el confort.
En todo caso, el conductor y su copiloto viajan cómodamente con suficiente visibilidad y con palpables ayudas a la conducción, todas gobernadas desde las tradicionales palancas adosadas a la caña de dirección o desde el control de mando de la consola central de instrumentos (iDrive): una cámara de reversa de alta definición que proyecta sus imágenes en la pantalla central de 6,5 pulgadas, una caja de velocidades automática de 8 velocidades que hace innecesarias las palanquitas de detrás del timón, unas luces de ledes que alumbran en algo cercano a la perfección, tres modos de conducción (Ecopro, Confort y Sport) para el disfrute en diferentes momentos de la ruta, sillas frontales con mandos eléctricos (y la del piloto con dos memorias), freno de mano eléctrico y, si bien no tiene control de velocidad de crucero, si tiene un muy útil limitador de velocidad dinámico con alerta sonora.
Cabe anotar que, si bien no es el equipamiento de accesorios más completo, en materia de seguridad no le falta nada y, sumado a la ingeniería de motor y chasís -enfocada a la deportividad-, se justifican los 134 millones de pesos que cuesta en vitrina. ◣