Mechanic pouring oil into car engine in repair garage

El crecimiento del parque automotor en Colombia ha generado un impacto significativo en el medio ambiente, especialmente por la disposición inadecuada de residuos como los filtros de aceite usados. Según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), en 2024 el número de vehículos aumentó un 7,9% en comparación con el año anterior, lo que resalta la necesidad de implementar prácticas sostenibles en el mantenimiento automotriz.

El filtro de aceite de un motor debe cambiarse aproximadamente cada 5.000 a 10.000 kilómetros, lo que equivale a un período de 3 a 6 meses, dependiendo del tipo de aceite, las recomendaciones del fabricante y las condiciones de conducción. Sin embargo, su disposición inadecuada puede representar una grave amenaza ambiental. La estructura metálica de los filtros puede tardar más de 100 años en degradarse, mientras que los sellos de caucho y plástico pueden persistir hasta 500 años. Además, el aceite residual que contienen puede contaminar suelos y fuentes hídricas si no se gestiona correctamente.

Ante este desafío, el reciclaje de filtros de aceite se posiciona como una solución sostenible y con alto potencial de aprovechamiento. En Ecologística, el proceso inicia con un escurrido inicial para recuperar el aceite residual, seguido de una operación de corte que permite separar los cinco componentes principales: papel filtrante, sello de caucho, resorte, aceite y estructura metálica. Cada material es sometido a un proceso de transformación que garantiza su reutilización.

El acero recuperado se envía a siderúrgicas para ser fundido y transformado en nuevos elementos metálicos, como placas, varillas y tornillos. El papel y el caucho se convierten en Combustible Derivado de Residuos (CDR), utilizado en la industria cementera como sustituto del carbón. Por su parte, el aceite residual se somete a procesos de rerefinación para obtener bases lubricantes, cerrando así el ciclo de vida del producto.

“El compromiso con el medio ambiente y la economía circular nos impulsa a transformar residuos en recursos valiosos. En 2024 logramos recuperar y reciclar 35.892 filtros de aceite, evitando que estos residuos peligrosos afecten los ecosistemas”, afirma Jorge Enrique Varga, director de investigación y desarrollo de Ecologística.

A pesar de los avances, uno de los principales retos es concienciar a los generadores de estos residuos, como servitecas, empresas de transporte y talleres automotrices, sobre la importancia de su correcta disposición. La colaboración entre la industria, las autoridades y la ciudadanía es fundamental para maximizar el aprovechamiento de estos materiales y reducir su impacto ambiental.

El reciclaje de filtros de aceite no solo contribuye a la preservación ambiental, sino que también impulsa la economía circular, genera empleo y disminuye la demanda de materias primas. Adoptar prácticas sostenibles como esta es clave para construir un futuro más verde y responsable.

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